De familia muy humilde fue el menor de siete hermanos. Cinco varones y dos
mujeres. De todos ellos tan solo Rosario permaneció en Daimiel. Los otros
emigraron a Madrid en cuanto tuvieron edad de trabajar pues así aliviaban la
economía familiar al tiempo que se procuraban un mejor porvenir que el que
hubieran probablemente conseguido en Daimiel. Ninguno de los hermanos cursó
estudios superiores a los de la Escuela Primaria.
Jacinto, padre de Francisco tenía una taberna. No hay noticia de que
cultivara tierras ni que trabajara en el campo, circunstancia llamativa,
teniendo en cuenta que vivía en un lugar de raigambre agrícola. Jacinto murió en
1907 cuando Francisco tenía nueve años. Su muerte acrecentó la penuria económica
de la familia.
En 1911, Francisco con trece años emigró a Madrid con la intención de que sus
hermanos le ayudaran y le buscaran trabajo. Todos los hermanos mayores que
vivían en Madrid eran dependientes en tiendas de tejidos y géneros de punto y
este era el porvenir inmediato de Francisco. Enseguida encontró empleo y trabajó
sucesivamente en establecimientos de la calle Atocha "Santos Barrios Escorial" y
más tarde en la de Serrano, "El Carrete". En aquellos primeros empleos era chico
para todo a cambio del aprendizaje, un paupérrimo sueldo, el sustento, la cama y
una tarde de domingo libre cada quince días.
Cuando alcanzó la edad del servicio militar, sus ahorros y la ayuda de sus
hermanos Saturnino y José hicieron posible que eludiera aquél mediante el pago
de la llamada "cuota", es decir, el pago en efectivo de una cantidad que
liberaba al interesado de hacer la "mili". Pero el conflicto de Annual, en
Marruecos, anuló tal privilegio y fue llamado a filas. Fue incorporado al
Regimiento de Saboya, en Madrid, llegando a hacer guardia en Palacio. En 1922
superado su periodo de instrucción, se incorporaba al Ejército de Africa formando
parte de la guarnición de Melilla donde, precisamente su hermano Tomás, años
atrás había estado destinado como suboficial. Francisco regresó a Madrid enfermo
de paludismo.
Durante algunos años vivió en casa de su hermano Saturnino en la calle de
Eloy Gonzalo . Con buen criterio eludió trabajar en el establecimiento que
compartían sus hermanos Saturnino y José. Su último trabajo por cuenta ajena
consistió en ser corredor de plaza en Sucesores de Hijos de José Martín Magro,
S.A., una firma de venta al por mayor de artículos de mercería y de géneros de
punto, cuyo establecimiento estaba situado en la calle de la Colegiata con
vuelta a la de Duque de Rivas.
Conoció más tarde a Teresa Cuesta García, con la que contrajo matrimonio el
15 de abril de 1928. El nuevo matrimonió alquiló un piso en la calle de Orense
en el que nació el 26 de marzo de 1929 su primer hijo, una niña, a la que se
bautizó con el nombre de Concepción. Siguió trabajando como corredor de plaza
hasta que en 1931 consiguió establecerse por su cuenta abriendo un modesto
negocio de mercería con el título de "La Revoltosa" en la calle de Palencia nº
25. La familia se mudó al alquilar un piso encima de la tienda. En ese piso
nació el 19 de marzo de 1933, su segundo hijo, un varón, Francisco José.
En 1935 Francisco y Teresa deciden independizarse definitivamente y lo hacen
arrendando un nuevo local comercial, una tienda, en el número 25 (entonces 21)
de la calle de Francos Rodriguez. La nueva tienda tiene como único título el de
"Muñoz" "Mercería y Novedades". La familia utilizó la vivienda de que disponía
la tienda hasta el 15 de junio de 1936 en que toma en alquiler el piso 4º letra
A de la finca número 36 de la misma calle de Francos Rodriguez. En esta misma
vivienda moriría Francisco 51 años más tarde.
En la vivienda de la tienda permaneció toda la familia durante la guerra
civil pues el piso hubo de ser abandonado ante el peligro al que estaba
expuesto. A él regresaron una vez terminada la contienda.
La tienda, que fue el medio de vida de la familia Muñoz de Morales Cuesta,
fue objeto de tres importantes reformas.
El 1º de abril de 1970 Francisco firmó el contrato de traspaso, quedando en
la situación de jubilado. Contaba 72 años de edad.
Francisco no tuvo otra formación que la de la escuela primaria hasta los doce
años. Fue muy aficionado a la lectura y al teatro. Su familia y el trabajo
fueron sus únicas pasiones. Fuera de ellas no tuvo distracción alguna. Era una
persona seria, retraído aunque sin ser introvertido, austero, sin frivolidades
en gestos o en las palabras, conservador con tendencia al pesimismo. Trabajador
hasta el agotamiento, tenaz, con un altísimo sentido del deber y honrado a carta
cabal.
Murió tan pobre como había nacido. Fue un hombre de bien con un balance de su
paso por la vida extraordinariamente positivo.
Sus hijos se sienten agradecidos por haber recibido su ejemplo de
laboriosidad, dado con el esfuerzo cotidiano en el cumplimiento del deber, el
ejemplo de su honradez y el de su honestidad y rectitud. (Mudemo 03.98)
Esta es la casa de la calle de Francos Rodriguez número 36, en cuyo cuarto piso vivió la familia Muñoz de Morales Cuesta hasta que en 1989 la casa fue derribada para evitar el estrangulamiento que provocaba a la circulación en la calle a la que hacía esquina. La tienda estaba a la altura del coche que discurre por la derecha y tenía el número 25 de la misma calle.
Y este era el aspecto que en 1991 ofrecía en la calle de Palencia esquina a la de Don Quijote la tienda de mercería con el título de "La revoltosa" y que fue el inicio de la carrera comercial del matrimonio. En la vivienda situada en el primer piso y delimitada por los tres huecos que se advierten en la fotografía nací yo, el hijo varón, el 19 de marzo de 1933.
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