miércoles, 1 de agosto de 2018

MI SUEGRO

ANTONIO ANCIOLA SUÁREZ.


Se crio en San Pedro de Paredes, en el Concejo de Valdés (Asturias)  y desde joven ayudó a su padre en la administración de la propiedad de La Torre. A los dieciocho años emigró a Cuba entrando a trabajar en una peletería que había en La Habana en la llamada "manzana de Gómez". La peletería se llamaba " La Libertad" y su dueño era un oriundo de Gera, Tineo, que había tenido amistad con el padre de Antonio. Como al cabo de dos años se le presentó una fuerte dolencia en la espalda que le obligó a ingresar en el Sanatorio del Centro Asturiano de la Habana en el que como remedio le prescribieron reposo absoluto en cama dura durante por lo menos seis meses. Ante esa perspectiva prefirió regresr a España y recuperarse en casa donde sería observado por su tío Manuel Anciola. Una vez dado de alta fue llamado a filas al Ejército siendo destinado a Melilla, en donde coincidió con Eduardo Ochoa Echevarrieta, casado con María Dolores Anciola Asenjo, hija de su tío Manuel Anciola y que era capitan del Ejército. Antonio llevó a Melilla un certificado expedido por el Dr. Landeira, de Luarca en el que se decía que aun cuando se encontraba curado no era conveniente que realizara trabajos o ejercicios fuertes. Gracias al certificado y a la influencia del Capitan Ochoa fue empleado por el General Castro Girona, Jefe militar de la zona, en su propia oficina. Cuando fue licenciado el General le dió una carta en la que reconocía el buen trabajo realizado. Cuando regresó a Paredes se estaba construyendo la carretera Paredes-Luarca y entró a trabajar en la obra como "listero" es decir controlador del trabajo de los obreros y confeccionador de los partes que servían para hacer la nómina de los mismos. Trabajando en esa obra recibió una carta de su cuñado Daniel González, marido de su hermana Amelia, que poseía una "bodega" en La Habana en la que le proponía ir a Cuba a hacerse cargo del puesto de encargado de la "bodega" que acababa de quedar vacante. Viaja a Cuba por segunda vez y se emplea en la "bodega" de Daniel y Amelia situada en el Vedado, en 23 y 8. Trabajando en la bodega conoce a la que sería más tarde su esposa, Teresa Clark Alvarez, Terina, que vivía en las cercanías de la tienda. La crisis financiera que comenzó en 1929 golpeó durísimamente a Cuba. Daniel González llegó a verse obligado a vender la "bodega". Lo que había comprado por 14.500 $ solo valió 400 en el momento de su venta. El paró alcanzó al 70 por ciento de la población en edad de trabajar Por lo que Antonio decidió regresar a España a donde llega en 1932. El 12 de diciembre de ese mismo año, cuando ya él se encontraba en Paredes, contrajo matrimonio por poder con María Teresa - "Terina"- Clark Alvarez. Terina viajó a España y el 11 de enero de 1933 contrajeron matrimonio canónico en la Parroquia de San Pedro de Paredes. El se había empleado en Electra del Esva, S.A. y el matrimonio se instaló en la calle Olavarrieta de Luarca. Desarrolló toda su vida laboral en la citada Empresa de la que llegó a ser nombrado Gerente en 1960. Fue persona de grandísima confianza de la familia Trelles, banqueros en Luarca, lo que le proporcionó mucho trabajo incrementando sus relaciones personales. En 1963, coincidiendo con la transformación de Electra del Esva, S.A., que pasó de ser una empresa familiar a depender de una gran empresa de ámbito nacional, sufrió un grave depresión, quizás abrumado por las nuevas responsabilidades que contraía y contrariado también por el nombramiento de un ingeniero que se convirtió en Director General. Todo ello contribuyó sin duda a que contrajera una gravísima enfermedad que fue diagnosticada como esclerosis lateral amiotrófica. El matrimonio Anciola se trasladó a vivir a la casa de La Torre, en San Pedro de Paredes, donde encontrarían el fin de sus vidas.
Antonio fue una persona que se hizo querer y respetar por cuantos le conocieron. Austero, honrado, trabajador, servicial para todo el mundo, tenía siempre una palabra amable para cuantos se acercaban a él. Aunque la enfermedad hizo estragos en su capacidad física su fuerza moral le hizo luchar contra ella aunque finalmente, al cabo de más de veinticinco años de lucha resultara vencido.

Esta es la casa en el Valle del río Esva en San Pedro de Paredes donde nació Antonio Anciola Suárez y donde vivió los largos años de su enfermedad. Fue construida por su abuelo José Anciola García de Paredes en 1904.

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