miércoles, 13 de abril de 2011

Miercoles 13

Mi barrio se parece poco, en cuanto a ambiente se refiere, al de hace sesenta años. Las tiendas y los establecimientos comerciales han cambiado. Los domingos se han vuelto aburridos... Entonces, las mañanas de los domingos eran una riada de gentes hacia el parque próximo... Por la tarde-noche volvían cantando y eran una marcha compacta que solo se terminaba en las primeras horas de la madrugada.

Hoy Godwin se ha quedado en Humanes. Supongo que es el día que se dedica a hacer las cuentas con el editor de su revista. Alguna vez ha contestado a una pregunta mía diciendo que se dedica a arreglar la casa junto con sus compañeros.

Ha amanecido un día espléndido. Al salir a la calle se recibe en la cara un vientecillo fresco que despeja el ánimo y alegra el caminar. La atmósfera está limpia y diafana. Es un placer andar por la calle, por gusto, sin obligación alguna, sintiendonos dueños de nuestros pasos...Claro está, que no todo el mundo puede caminar con ese espíritu, pero aun los más agobiados por su obligación pueden sentir en la cara el vientecillo y mirar a lo alto sin que su mirada tropiece con nada, con el azul infinito, tan solo.

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